Recientemente, el gobierno del Chaco ha propuesto solicitar un nuevo endeudamiento por 150 millones de dólares. Esta cifra exorbitante plantea interrogantes, especialmente dado el elevado riesgo país y las tasas de interés igualmente altas que acompañan a este tipo de préstamos internacionales.
Leandro Zdero ha justificado esta medida como una solución para la crisis energética que enfrenta la provincia. Sin embargo, su propuesta de ley no menciona explícitamente cómo se destinarán estos fondos a obras que realmente aborden esta problemática. En esencia, están pidiendo que los chaqueños firmen un «cheque en blanco», sin garantías claras sobre el uso del dinero.
Es crucial considerar el contexto: el próximo año es electoral, y las decisiones financieras pueden estar influenciadas por intereses políticos. Si bien se podría argumentar que es necesario destinar recursos para obras de agua y energía, ¿es realmente necesario endeudarse de esta manera?
Desde una perspectiva económica, es esencial hacer un análisis más profundo. La administración actual, liderada por Javier Milei, ha implementado ajustes significativos en diversas áreas, que afectan a jubilados, trabajadores y provincias enteras. A pesar de las difíciles circunstancias, Zdero no ha alzado la voz en defensa de Chaco ni ha cuestionado el ajuste que se propone. Curiosamente, el monto de este ajuste coincide exactamente con los 150 millones de dólares que se quieren solicitar.
La situación actual presenta alternativas viables que podrían explorarse siempre que haya la voluntad de defender los intereses de los chaqueños. La incertidumbre y la falta de transparencia en la gestión financiera llevan a cuestionar la necesidad de este nuevo endeudamiento. ¿Es este realmente el camino correcto para el Chaco? Es un debate que merece ser atendido con seriedad y responsabilidad.
