El melanoma cutáneo es una enfermedad oncológica de rápido crecimiento, según explicaron desde el Centro de Investigaciones Oncológicas (CIO) de la Fundación Cáncer – FUCA. Los especialistas señalaron que existe consenso en que la evolución del melanoma resulta de un equilibrio entre la velocidad de crecimiento del tumor, su invasividad y la eficiencia del sistema inmunológico para elevar las defensas contra las células tumorales.
Afortunadamente, el hallazgo de que el 50% de los pacientes con melanoma cutáneo tiene una mutación en el oncogén BRAF condujo a la síntesis de inhibidores dirigidos a la proteína mutada. Sin embargo, a pesar de que el uso de estos inhibidores específicos produjo grandes avances en el tratamiento, es muy frecuente la generación de resistencia a los mismos.
Qué es Vaccimel
Otro avance notable fue el descubrimiento de “puntos de control inmune”, que condujeron al desarrollo de anticuerpos monoclonales bloqueantes. En los últimos años, la inmunoterapia con estos anticuerpos monoclonales se incorporó al arsenal terapéutico contra diversos tumores, incluido el melanoma.
Otra forma de inmunoterapia consiste en desafiar al sistema inmune con múltiples antígenos (Ags) a partir de vacunas terapéuticas, para lograr expandir un repertorio de clones de células T contra el tumor. En el Centro de Investigaciones Oncológicas de FUCA se desarrolló “Vaccimel”, una vacuna compuesta por células de melanoma irradiadas alogénicas, administradas con BCG y GM-CSF. Esta vacuna fue evaluada en pacientes con melanoma cutáneo en estudios de Fase I y Fase II y próximamente estará disponible como tratamiento adyuvante para pacientes con melanoma, detallaron.
Sin embargo, sólo una parte de la población de pacientes tratados con inmunoterapia, ya sea en enfermedad metastásica o en adyuvancia, responde al tratamiento. Por ende, hay una necesidad de contar con biomarcadores que ayuden a definir cuáles pacientes se beneficiarán con la inmunoterapia luego de la cirugía para controlar la enfermedad.
Los diversos estudios
Los investigadores del CIO – FUCA explicaron que realizaron un trabajo en colaboración con un equipo de Francia, en el cual se estudiaron biopsias de ganglios linfáticos con metástasis de melanoma, que representan el primer sitio de encuentro entre las células tumorales y una estructura inmune organizada. Se analizaron biopsias de pacientes previo a recibir inmunoterapia adyuvante (Vaccimel o interferón alfa) donde un grupo de pacientes respondió con una prolongada sobrevida libre de metástasis mientras que el otro progresa rápidamente.
Además, indicaron que se observaron importantes diferencias entre ambos grupos de pacientes. Los pacientes que respondieron tenían en sus ganglios mayor presencia de una estructura heterogénea adyacente al tumor, compuesta por células dendríticas, vénulas del endotelio alto y linfocitos naïve (vírgenes). Postulamos que dicha estructura podría favorecer la estimulación inmune con antígenos tumorales.
Además, estos tumores tenían una infiltración preferencial de linfocitos T y B, formando agregados alrededor de las células tumorales. En cambio, los ganglios de los pacientes que no responden a la inmunoterapia presentaban mayor proliferación tumoral y presencia de linfocitos T reguladores, así como baja expresión de HLA-I. Este estudio resalta la importancia de estudiar los ganglios linfáticos metastásicos en la búsqueda de biomarcadores predictivos de respuesta a inmunoterapia.