Los funcionarios más cercanos a Javier Milei creen que hay aliados que buscan alejarlos del Gobierno y empiezan a desconfiar de Mauricio Macri. El origen tiene que ver con los rumores que circularon sobre la renuncia del ministro de Interior, Guillermo Francos, y su eventual desembarco en la embajada del Reino Unido.
Lo mismo aplica para las versiones que corrieron sobre un desencuentro entre el jefe de gabinete, Nicolás Posse, y el propio Francos, por la forma de negociar lo detalles de la Ley Ómnibus y el DNU con gobernadores, sindicalistas y diputados.
En los pasillos de Casa Rosada, dirigentes revelaron a TN que consideran que Macri estaría buscando acercarse a Milei y mostrarse necesario para la gobernabilidad como en la previa del balotaje. Tras el pacto de Acassuso, el líder del PRO y el libertario nunca acordaron un cogobierno.
Desde la mesa chica del jefe Estado aceptaron sumar cuadros de Juntos por el Cambio al gabinete, pero no accedieron a incluir segundas líneas en los ministerios, más allá las conversaciones entre el exsecretario general de Presidencia, Fernando de Andreis y el consultor Santiago Caputo en noviembre.
Las designaciones de Patricia Bullrich en Seguridad, Luis “Toto” Caputo en Economía, Luis Petri en Defensa y Federico Sturzenegger como autor de la reforma no tuvieron como intermediario al expresidente.
En esa línea se ubicaron los comentarios de Mauricio Macri que trascendieron sobre su incertidumbre respecto a los movimientos de Milei con su relación con el peronismo. Le advirtió sobre algunas designaciones y le aconsejó que no se rodee de sus dirigentes.
Le atribuyó a Francos que el exgobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli se mantenga como embajador en Brasil y que le hayan cedido la ANSES al schiarettismo.
Es por eso que desde el comienzo de la presidencia de Milei no hubo contacto regular con Macri y se lo relacionó más con la vicepresidenta, Victoria Villarruel.
Tras la victoria electoral, el presidente desplazó a la titular del Senado de las áreas de Seguridad y Defensa. La vice quería para los cargos al Gerardo Antenor Montenegro y al excoronel de Inteligencia Jorge Vives.
Respecto a las versiones que circularon sobre Francos y Posse, desde el Gobierno negaron un desencuentro y argumentaron que la dureza del jefe de gabinete y el dialoguismo del ministro de Interior son parte de una estrategia de negociación. La llaman “policía bueno y policía malo”.
“La estrategia es ir con todo, cada uno juega su rol. Se pueden revisar partes de la reforma y sus artículos, pero la línea es no retroceder porque sino arranca el lobby y te piden que bajes todo”, expresó un funcionario a TN.