La mesa chica de Javier Milei está integrada por un puñado de personas. En total son cuatro funcionarios, incluido el jefe de Estado: Karina, «el jefe» -hermana del Presidente-, Nicolás Posse (jefe de Gabinete) y el ministro de Economía, Luis Caputo.
Desde el entorno presidencial cuentan que el jefe de Estado es muy celoso de la información que sale de ese núcleo. Karina, Posse y Caputo son de extrema confianza del mandatario.
Las dudas en el mercado persisten
Milei comenzó el nuevo año revalidando su principal estrategia: el ordenamiento fiscal. El primer Boletín Oficial del año le dio una vuelta adicional al torniquete de las cuentas públicas.
- Suspendió los créditos baratos de la ANSES, que implicaba una erogación para el fisco.
- Limitó a $55.000 el bono para la gran mayoría de los jubilados (el mismo monto que se viene pagando desde octubre). Solamente tendrán un complemento los jubilados de la mínima que tengan 30 años, o más, de aportes previsionales.
- Se acabó el plan «Compre sin IVA», lanzado por Sergio Massa durante la campaña, y que implicaba una erogación para las cuentas públicas.
- Convocó a audiencias públicas para poder actualizar las tarifas de energía eléctrica, para ahorrar en subsidios.
Estos gestos de ajuste fiscal se complementan con otra cuestión, que también va en el mismo sentido: el comienzo de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
Milei encara el primer encuentro con el FMI de 2024
Este jueves arrancan los contactos con el FMI. Viene una comitiva para iniciar los contactos formales para la séptima revisión del último acuerdo.
Estarán en Buenos Aires dos funcionarios de peso: el venezolano Luis Cubeddu, jefe del Departamento del Hemisferio Occidental y el jefe de la misión argentina, Ashvin Ahuja.
Ayer, en el mercado financiero, dio vueltas la versión de que el FMI propicia un pronto acuerdo con la Argentina; una forma del organismo por enviar una señal positiva al nuevo Gobierno, luego de que la administración Milei devaluara y pusiera sobre la mesa un plan fiscal.
A fin de enero, el Gobierno debería abonar unos u$s1.950 millones por dos vencimientos que se producirán entre la semana que viene y la siguiente y que el Gobierno correría para más adelante.
Al revés que el mes pasado -cuando Milei no contaba con dólares para abonar y debió pedir a la CAF un préstamo transitorio de corto plazo-, ahora el Banco Central lleva acumulados unos u$s3.000 millones, por las compras a exportadores tras la devaluación y el anuncio del crawling peg del 2% mensual.
Un llamado de atención: ayer, en la primera rueda cambiaria de 2024, el Banco Central arrancó el año comprando «apenas» u$s89 millones, el menor volumen desde la asunción de Milei.
Inflación en enero: el dólar y los precios, bajo la lupa
Para bancos y consultoras económicas, estos anuncios oficiales -en relación con lo fiscal y el reinicio del diálogo con el FMI- no modifican el escenario de fondo, el más relevante. La aceleración inflacionaria, provocada por la devaluación de mediados de diciembre no se detuvo. La inercia persiste, y el traspaso a los precios sigue vivito y coleando.
Empresas fabricantes de alimentos de primera línea aplicaron alzas de hasta 25% en este inicio de 2024. Presume, otra vez, una inflación muy elevada para este enero recién estrenado.
De hecho, ninguna de las consultoras económicas que monitorean la evolución de los precios supone que habrá un freno drástico en la retroalimentación de los precios en las góndolas. Lo que aún falta determinar es el calibre de la recesión económica que se viene, ante la pérdida de poder adquisitivo de la población.
Esa contracción es la única que puede detener el proceso, aunque ni el propio Milei cree que el freno se dará de manera automática. Por eso habló en público de una estanflación en marcha.
El problema radica en que esta dinámica se choca contra la idea de Caputo de mantener un «crawling peg» del 2% por mes. En un escenario de inflación elevada, a pesar del intento de ancla cambiaria estropeará, más temprano que tarde, la competitividad del tipo de cambio oficial, que pasó de $360 a $800 de un saque.
Por eso mismo, ahora en el mercado se preguntan de qué manera Caputo intentará salir del esquema que ideó. Si habrá una aceleración de las minidevaluaciones diarias. O si irá por otra devaluación abrupta, esta vez con un plan de estabilización detrás.
Nada de esto se conoce por ahora. A partir de mañana se comenzará a debatir con el Fondo Monetario, una opinión que para Milei resulta clave.