Una alternativa sencilla y económica que circula hace décadas y ahora vuelve a ganar popularidad en redes sociales.
En el universo del cuidado facial, pocas cosas resultan tan frustrantes como las ojeras persistentes. Aunque hay infinidad de productos que prometen disimularlas, no siempre ofrecen resultados reales. Por eso, cuando un remedio casero empieza a destacarse por su eficacia, rápidamente llama la atención.
En los últimos días, comenzó a circular en redes sociales una técnica que no necesita cosméticos de alta gama ni infusiones calmantes: el uso de papa cruda rallada aplicada directamente sobre la zona inferior de los ojos. El método, que se transmite de generación en generación en muchos hogares, vuelve con fuerza gracias a su efecto inmediato sobre la piel cansada.
El truco es simple: se ralla un poco de papa (preferentemente fría, recién salida de la heladera), se coloca una pequeña cantidad sobre un algodón o una gasa, y se apoya suavemente en la zona afectada durante 10 a 15 minutos. Se recomienda estar acostada y en reposo, para favorecer la absorción de los compuestos naturales del tubérculo.
¿El secreto? La papa contiene enzimas blanqueadoras naturales y almidones con efecto descongestivo, que ayudan a iluminar el contorno de ojos y a reducir la inflamación. Además, su alto contenido de agua aporta hidratación sin dejar residuos grasos, algo fundamental para quienes tienen piel sensible.
Según dermatólogos, no reemplaza un tratamiento profesional en casos severos, pero sí puede ser una excelente alternativa ocasional para mejorar el aspecto de la mirada antes de un evento o una jornada exigente.
Este remedio, que parecía olvidado frente al avance de la cosmética industrial, reaparece como una opción accesible, sin aditivos ni perfumes. No solo es fácil de preparar: se puede hacer con lo que ya hay en casa, sin gastar un peso.
Probablemente no reemplace a los productos tradicionales en tu rutina diaria, pero si necesitás una solución rápida, natural y sin químicos… ya sabés por dónde empezar.
