El sector reclama al gobierno medidas urgentes para frenar la competencia desleal y proteger el empleo y la inversión en la cadena del acero
La patronal de la industria siderúrgica de Brasil lanzó una advertencia sobre un posible colapso del sector debido al aumento sin precedentes de importaciones de acero procedentes de China.
La entidad expuso sus datos y preocupaciones en una conferencia de prensa, donde detalló que el ingreso de acero extranjero alcanzó su nivel más alto en quince años, pese a la reciente aplicación de una tasa de importación del 25% por parte del gobierno nacional.
De acuerdo con las cifras presentadas por el Instituto Acero Brasil, la producción nacional descenderá 2,2% en 2025, llegando a 33,1 millones de toneladas.
La organización explicó que, aunque la tarifa proteccionista está vigente desde principios de año, su impacto se reduce por la existencia de acuerdos comerciales como Mercosur-Egipto y por beneficios fiscales locales. Así, la protección efectiva para el acero brasileño se limita a apenas 7,2%.

La mayor parte del acero importado proviene del gigante asiático, que representa 64% de las compras externas, favorecido por incentivos estatales y subsidios industriales que permiten ofrecer productos en Brasil a precios inferiores al costo de fabricación.
En este contexto, la patronal remarcó que las prácticas consideradas como competencia desleal ya provocaron la eliminación de 5.000 puestos de trabajo en la industria siderúrgica brasileña y el freno de inversiones por más de 2.500 millones de reales (más de 450 millones de dólares).
Las proyecciones del instituto anticipan que las importaciones continuarán en ascenso durante 2026 y que la producción local sufrirá otra caída, acumulando una baja del 2,2%. También se prevé una disminución en las ventas internas del 1,7%, según el reporte de EFE.

Frente a estos datos, la entidad empresarial reclamó al gobierno federal la activación de nuevas defensas comerciales.
El presidente del Consejo Directivo de la patronal, André B. Gerdau Johannpeter, sostuvo que “los empleos e inversiones recortados en la industria siderúrgica brasileña son el precio que Brasil paga por no poder reaccionar contra las importaciones predatorias a la misma velocidad que se observa en países como Estados Unidos, la Unión Europea y México“.
La patronal advirtió que la prolongación de este escenario pone en riesgo la estabilidad y operatividad de las plantas siderúrgicas locales, lo que agravaría la caída del empleo y la inversión en toda la cadena industrial. Por ello, desde el sector exigieron al gobierno mayor rapidez en la adopción de mecanismos eficaces para proteger a los trabajadores del acero y asegurar la competitividad de la producción brasileña.
Durante la conferencia de prensa, los representantes del instituto destacaron que el desafío es igualar la capacidad de reacción demostrada por mercados como Estados Unidos, México y la Unión Europea.
(Con información de EFE)

































