Su historia dio a conocer hace cinco décadas el Síndrome de Estocolmo, que es una relación de empatía entre un rehén y su captor.
Patricia Campbell Hearst era la heredera de una familia millonaria cuando, con solo 19 años, fue secuestrada por el Ejército Simbionés de Liberación (SLA), un grupo de estudiantes de San Francisco que luchaban contra “la dictadura corporativa” del presidente Richard Nixon. Pero la joven sorprendió al mundo porque se enamoró de uno de sus captores y se sumó a ellos.
El 4 de febrero de 1974, Patty fue secuestrada a punta de pistola del departamento que compartía con su novio, el profesor de Filosofía Steven Weed, con quien iba a casarse ese año. Estudiaba Historia del Arte en la prestigiosa Universidad de Berkeley y no fue elegida al azar: era hija de Randolph Apperson Hearst y nieta del magnate de los medios de comunicación, William Apperson Hearst. Su abuelo fue el inspirador de la icónica película “Ciudadano Kane”, de Orson Wells.
Sabiendo que los Hearst manejaban los medios, los guerrilleros les pidieron a cambio de la vida de Patty que donaran dos millones de dólares para alimentar a las personas pobres de California, que estaba gobernada por Ronald Reagan. Como los camiones fueron saqueados por esas mismas personas, los captores exigieron cuatro millones de dólares en alimentos. Aunque la familia de Patty cumplió nuevamente, la joven nunca les fue devuelta.
De secuestrada a guerrillera
El grupo guerrillero pedía muchas cosas a través de grabaciones realizadas por la propia Patty. Sin embargo, sorprendió cuando la joven envió un mensaje, el 3 de abril, que anunciaba que se había unido a sus captores bajo el nombre de Tania, en homenaje a la activista argentina Tamara Bunke que combatió junto al Che Guevara en Bolivia.
En el video, la joven vestía ropa de guerrillera y portaba en sus manos una ametralladora y la bandera roja del SLA con una cobra con siete cabezas. Al final, en un mal español, decía como Fidel Castro y el Che: “Patria o muerte: venceremos”. La joven se sumó incluso en los actos terroristas del grupo: robaron el Banco Hibernia, de un amigo de su padre, y rescató a los tiros a dos compañeros que habían asaltado una tienda.
Un año y medio después, el 18 de septiembre de 1975, el FBI encontró a los guerrilleros en su escondite de Los Ángeles y, después de un enfrentamiento a tiros, mató a seis de ellos –incluso a Cujo, el amante de Patty- y arrestó a los demás. Patty, que fue encarcelada, tenía 21 años.
Qué es el Síndrome de Estocolmo
Durante el llamado “Juicio del Siglo” en 1976, la familia Hearst contrató al prestigioso abogado penal Lee Bailey para lograr que su hija fuera declarada inocente. El letrado argumentó que a la joven “le habían lavado el cerebro” con abusos y tormentos psicológicos y que había sufrido el Síndrome de Estocolmo. Este síndrome es definido como una relación de empatía o incluso de un sentimiento afectivo de un rehén con sus captores.
Los jurados no le creyeron y el juez la condenó a 35 años de prisión. Aunque luego la pena se redujo a siete años, luego fue conmutada por el presidente Jimmy Carter –gracias a los aportes económicos de la familia Hearst- y la joven fue liberada el 1 de febrero de 1979.
Patty Hearst, actriz y escritora millonaria
¿Qué fue de la vida de la joven guerrillera, liberada gracias a la fortuna de su padre? Enseguida se casó con uno de sus guardaespaldas, Bernard Lee Shaw, y tuvo dos hijos: Gillian y Lydia Marie, la modelo que fue esposa del actor Benedict Cumberbatch.
En 1981 publicó su autobiografía, Every Secret Thing, que no solo no logró la empatía que buscaba en sus lectores, sino que además provocó que se reabrieran algunas causas que no habían prescripto. Aún así, ella se dedicó en actuar en una decena de películas dirigidas por John Waters.
En 2000, tras la muerte de Randolph Apperson Hearst, compartió con sus cinco hermanos de tres matrimonios distintos la fortuna de su padre, valuada en 1.800 millones de dólares. A los 70 años, Patty Hearst dirige en Nueva York su propia fundación para ayudar a los niños con SIDA y tiene criaderos de perros de las razas shih tzu y bulldog francés, con los que participa en importantes certámenes caninos.