La novela de la Boleta Única de Papel sumó un capítulo más en las últimas horas, con un nuevo intento del oficialismo senatorial y de la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, para salvar la iniciativa. Tras un borrador de la Casa Rosada que enturbió un preacuerdo logrado semanas atrás, los libertarios negociaron guiños a favor de partidos provinciales clave para reencauzar el tema.
Diputados aprobó un proyecto en 2022 que casi avanza en el Senado durante el último período estival, en sesiones extraordinarias. Allí se trabó por un dictamen de minoría que apareció vía Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro), que reclama el sistema santafecino de papeletas por categoría y no el modelo cordobés, de boleta única para todos los cargos nacionales en puja. Esta última versión es la que apoyó su partido en la Cámara baja. Rápido de reflejos, el kirchnerismo se plegó a la rionegrina y dejó un potencial empate que no puede ser saldado -al tratarse de cuestión electoral, que requiere mayoría absoluta- por Villarruel.
Seis meses después, en medio del receso invernal que se autogestiona el Congreso -con anuencia de todos los bloques-, el oficialismo y un puñado de legisladores oficialistas buscaron acercar posiciones. Hubo un punto trascendental que lograron consensuar: la eliminación de la casilla para votar la “lista completa” que el proyecto contempla en la elección general, ya que no se prevé para las PASO.
La semana pasada, el borrador sugerido de la Casa Rosada borraba de un plumazo dicho preacuerdo. La nueva versión del Ejecutivo no sólo planteaba sumar el casillero de lista completa también en las PASO, sino que además imponía la posibilidad de que un distrito pueda adherir sus cargos provinciales y municipales a los nacionales. Es decir, una misma BUP para todo y una sola urna, algo que la iniciativa original permite sólo con papeletas y urnas separadas.
El martes pasado, el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, asistió a la Cámara alta junto al vicejefe de Gabinete, José Rolandi; y la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzábal Murphy, para explicar a dialoguistas los detalles de la reforma política que pretende el Gobierno de Javier Milei.
Desde Diputados y el Senado ya deslizaron al Ejecutivo que no existe por ahora margen para eliminar las PASO -favorece a quien esté en el poder- y allí se habló de la BUP. No obstante, lo importante ocurrió al día siguiente, cuando el oficialismo ofreció -una vez más- a silvestres provinciales claves la quita del casillero de “lista completa” de cualquier acto electoral, lo que acrecentó las expectativas de un eventual acercamiento. “Al final, con las idas y vueltas que hubo, perdimos mucho tiempo”, sinceraron desde un despacho a Infobae. En caso de avanzar con estos cambios, volvería en segunda revisión a la Cámara baja.
El Senado ya tiene agendada una sesión para el jueves próximo, pese a que aún no salió su convocatoria formal. En medio de una semana cargada de temas de relevancia, el oficialismo intentará modificar el proyecto que mejora las jubilaciones para evitar un veto -parcial o total- presidencial. El encuentro en el recinto se pospuso siete días, con aval de todas las bancadas.
Desde el kirchnerismo reconocieron a este medio que no tenían a toda la tropa y ya dan por descontado que el oficialismo lograría convencer a los dialoguistas para modificar la iniciativa sobre jubilaciones. Además, no querían quedar expuestos “al lío de Alberto”, en referencia al expediente judicial abierto contra el ex presidente por violencia de género contra la ex primera dama Fabiola Yañez.
En el Frente de Todos se sumó una preocupación extra. Según confiaron dos integrantes del interbloque que comanda el formoseño José Mayans, tres senadores se reunieron con el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, en medio de tensiones internas y potenciales partidas de dicha bancada. “Hay bastante presión sobre esto y también muchas fallas a la hora de gestionar nuestras cosas”, aseveraron desde ese espacio.