Mauricio Macri armó una cumbre de urgencia del PRO alarmado ante la falta de rumbo del gobierno de Javier Milei.
El ex presidente instruyó a la cúpula del partido para que preserven la identidad y empiecen a defender a la fuerza. Horas después del encuentro, el PRO se diferenció de Milei y condenó el intento de golpe de estado en Bolivia. El presidente no dijo nada durante toda la tarde.
Uno de los legisladores que participa de las reuniones de discusión interna del PRO le dijo a LPO que «no se ve la salida», y que el líder de su espacio atisba que «no hay rumbo político». «No va a haber estabilización económica sin orden político», dijo el legislador cercano a Macri.
El ex presidente advierte un panoraman sombrió con lo que le comentan sus amigos del mercado. El dólar se dispara, se dejaron de acumular reservas y se enfrentan vencimientos multimillonarios el mes que viene. Además, Luis Caputo no le paga a las energéticas. El déja vu con el 28 de diciembre de 2017, la fecha que catalogan como el comienzo del declive macrista, es un tema recurrente en el entorno del ex presidente. En esa foto estuvieron Luis «Toto» Caputo y Federico Sturzenegger, dos protagonistas de la situación actual.
La gravedad de la situación, según los macristas, es tan profunda que hay dirigentes partidarios que ya no creen lo que suponían en los primeros meses de la administración libertaria. Por entonces, repetían que «si a Milei le va bien, absorbería al PRO, y si a Milei le iba mal, lo arrastraría con su fracaso», pero ahora relativizan esa perspectiva.
«Nosotros tuvimos gestión y este gobierno no la tiene», dijo a LPO un legislador del interior, que advirtió que el compromiso del PRO con el apoyo y el acompañamiento para que Milei tuviera su herramienta legislativa se terminará este jueves, cuando se sancione la ley Bases. «Ya está, colaboramos y empujamos para que saliera pero, a partir de mañana, nosotros vamos a votar lo que nos parezca y ya no nos callamos más», desafió.
El saldo del encuentro con Macri fue que el PRO tiene que «diferenciarse» aunque todavía no esté muy claro cómo para ciertos sectores del partido. Descontando el ala de los que todavía sintonizan con Patricia Bullrich, hay un sector que reconoce que «es difícil diferenciarse de un gobierno que impulsa cambios que el PRO también suscribe», y agregó: «nos quedaría diferenciarnos en algún aspecto más social, pero para eso están los radicales o la Coalición Cívica».
Otra vertiente, más identificada con el perfil de Horacio Rodríguez Larreta, reivindica su propio acierto en el diagnóstico inicial. «Nosotros dijimos que la sociedad nos eligió para ser oposición, por más que en el ballotage votaran a Milei contra el peronismo», enfatizan ahora, y plantean: «no somos libertarios ni anarcocapitalistas, no sabemos lo que es eso y no tenemos por qué caer ahí».
La propia María Eugenia Vidal negó en una entrevista radial este miércoles que Juntos por el Cambio hubiera dejado de existir. «Estamos en un proceso donde a nivel nacional se perdió la elección, y eso genera reconfiguraciones», argumentó.
Y ante la consulta específica por el destino del PRO y su eventual fusión con los libertarios, contestó que «el PRO es un partido con entidad propia, con identidad, de la misma manera que el radicalismo o La Libertad Avanza». «No creemos que el PRO tenga que desaparecer, gobernamos provincias y tenemos más de 20 años», explicó, y recalcó: «Hoy no somos parte del gobierno, no tenemos una coalición de gobierno, no tenemos un interbloque».