Modelo, actriz, conductora televisiva, coach en Instagram, madre de dos nenas y futura escritora. Tamara Bella pareció tenerlo todo a nivel profesional, incluso más de lo que podría abarcar. Sin embargo, en solo un año su vida dio un vuelco que nunca esperó. Pasó de la felicidad absoluta, a una preocupante vulnerabilidad judicial como consecuencia de un escandaloso divorcio.
Hace meses, la polifacética expuso en el ciclo Socios del Espectáculo (eltrece) su angustiante realidad. Con su bebé en brazos, contó las complicaciones de salud que tuvo su bebé y admitió sus dificultades habitacionales. “Lo que quiero es un techo para mi hija. Vivo en hoteles de canje. Me dan 5 días acá, otros allá. O estamos en un departamento prestado. Mis amigas vienen a ayudarme, mi familia, mi papá”, dijo Tamara, entre una tensa tranquilidad.
Qué dijo Tamara Bella sobre su angustiante situación
Ciertamente, quien no conoce a fondo la historia de Tamara Bella, podría preguntarse por qué el padre de la beba no forma parte de su preocupante relato. Según la periodista, el psicólogo Pablo Vázquez Kunz, de quien se separó tras denunciarlo por violencia de género mientras transitaba su sexto mes de embarazo, no se encuentra en el país y nunca cumplió con la cuota alimentaria, ni se hace cargo de la pequeña, al menos afectivamente.
Además, debió abandonar la vivienda que compartía con su expareja. Ese fue el acuerdo al que se llegó en su proceso de divorcio, y la Justicia no la acompañó aún cuando ella debía responder por la integridad de una nena adolescente y una beba.
En cuanto a la grave situación de vivienda que enfrentó, Tamara tampoco pudo apoyarse en su familia. Siendo de Santa Fe y con su vida radicada en la capital porteña, así como la escolaridad de Renata y el hospital donde Bruna tiene historia clínica, la blonda no consideró la opción de mudarse, pero es la primera en reconocer que la ayuda de sus seres queridos, fue invaluable en todo este proceso.
El presente de Tamara Bella: los cambios que tuvo su vida tras un año sumamente difícil
Este 2024 se vislumbró diferente para la modelo. Con su energía renovada, Tamara contó a TN Show que aquellos días de incertidumbre comienzan a ceder y, poco a poco, experimenta cambios superadores en su vida.
No solo pudo estabilizar su situación habitacional, sino que además impulsa a través de las redes un espacio nuevo llamado Bellamente. Se trata de una cuenta de Instagram que inició hace pocos meses. Su propósito es construir un espacio de consejos, motivaciones y tips de maternidad que ayude a otras personas en procesos similares.
En el futuro, espera iniciar ciclos de charlas, para encontrarse con sus seguidoras en un espacio común y seguro. La entrevistada también comentó que actualmente escribe un libro: “De verdad tenía que hacerlo plasmando todo lo que viví para poder ayudar a mujeres en la misma situación y es una manera liberadora que encontré”.
Tamara Bella en sus propias palabras: un presente y futuro prometedor, sin rencores del pasado
-Hace varios meses contaste que no habías podido solucionar tu situación de domicilio y aseguraste que estabas viviendo en hoteles por canje. ¿Cómo estás actualmente?
-Estuve viviendo algunos meses en hoteles de canje trabajando todo el día y juntando dinero para poder mudarme. Gracias a Dios, el trabajo, la familia y los amigos pude solucionar mi tema habitacional. Trabajo en mil lugares para pagar todo. Porque hasta mis ahorros me llevaron así que empecé de cero en febrero. Volví a nacer.
-Habías denunciado que no podías contactar al padre de Bruna y no cumplió nunca con la cuota alimentaria y una vivienda digna para ella. ¿Hay algún avance con respecto a su paradero?
-Me hago cargo de Bruna sola y no tuve noticias de su progenitor, lo único que sé es que se fue a vivir a Miami, a vivir su vida de rico dejando deudas por todos lados. Inclusive, la deuda de alimentos de su hija.
-¿Creés que tu caso y el de otras famosas ayuda a desmentir la creencia de que las celebridades no sufren lo mismo que los demás?
-Creo que mi caso como el de tantas otras mujeres, al tener mayor visibilidad lo hace más real. Porque sucede y mucho. No sabés la cantidad de mamás y mujeres que me contactaron con la misma historia y, al hacerlo público, otras se animan a denunciar, que es lo más importante. Alejarse y denunciar. La verdad es que la diferencia entre las personas famosas y las personas que no lo son es la exposición, pero sufren igual.
-¿Cómo viviste esa desesperante situación con Renata y Bruna?
-Fue muy difícil y angustiante. Siempre traté de mantener la calma por ellas, por Renata que entiende todo y por Bruna porque toma el pecho y no quería transmitirle angustia. Soy una persona muy positiva y trato de convertir lo malo en aprendizaje, pero el 2023 fue de muchas lecciones.
Quedarnos en la calle, vivir en hoteles, cambio de colegio de Renata, Bruna tres veces en neo, un accidente automovilístico… Un 2023 con todo. Pero Renata es una gran compañera que estuvo ahí firme al lado mío y de Bruna, ayudando y acompañando con amor y comprensión. Sin duda, hace parte de nuestra biografía y aprendió un montón también.
-Afrontaste estos meses de incertidumbre con mucha valentía ¿Qué sería lo primero que le dirías a tu ex si pudieras dar con su ubicación?
-Creo que el odio es un sentimiento y yo por él no siento nada . No quiero ubicarlo y mucho menos que se me acerque ni hablar con él. De hecho, tiene una perimetral desde aquel momento y aún sigue vigente. Pero nunca, ni siquiera mandó a preguntar por su hija. Jamás. Es como si Bruna no existiera para él, así que él no existe para mí. Y si tuviera que decirle algo sería solo esto: “No me estás matando a mí, te estás suicidando vos“. Gran frase de Freud.
-¿Cuál creés que es el mayor aprendizaje que te llevás de esta experiencia?
-Aprendí a abrazar el cambio y la nueva versión de mí . El tocar fondo, resurgir y saber que puedo hacerlo. Que la familia y los amigos son pocos, pero esos pocos son de oro y hay que abrazarlos más. Que lo importante y valioso lo tengo en casa, que son mis hijas, y que el resto es adorno. Que no se puede confiar a ciegas, pero tampoco desconfiar de todos, porque también hay gente buena.