Miguel Ángel Pichetto tuvo una jornada de furia luego de la fallida negociación para avanzar con el dictamen de mayoría de la Ley Ómnibus. El líder de Hacemos hizo echar a Federico Sturzenegger de una reunión de jefes de bloque y se peleó con Toto Caputo.
A pesar de los esfuerzos de Pichetto para sacar adelante la ley que Javier Milei mandó al Congreso, en el gobierno parecen empeñados en dinamitar las negociaciones. La falta de pericia de los operadores del oficialismo sacó de eje al experimentado legislador.
Tras la fallida negociación en Diputados, donde el dictamen de mayoría tuvo más disidencias parciales que acompañamientos, los jefes de bloque del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal se juntaron en Recoleta para encaminar el proyecto. Ocurre que el dictamen que obtuvo la mayoría de las firmas, no le sirve al gobierno.
La jornada venía caldeada: por la mañana Toto Caputo había amenazado a los gobernadores con cortarles los fondos de manera inmediata si no salía la ley. No pareció lo más apropiado para sacar adelante una negociación en dónde el gobierno no está ni cerca de garantizarse los votos en la cámara baja.
Pero Pichetto estalló cuando en medio de la reunión con Cristian Ritondo, Rodrigo de Loredo y representantes del oficialismo se hizo presente Sturzenegger, quien no tiene ningún cargo oficial en el gobierno a pesar de su momento estelar cuando Milei anunció el decretazo.
De inmediato Pichetto exigió que se retirara del lugar y comenzó a referirse al economista como «este tarado». Luego, subió la apuesta.
«Si está este tarado acá, yo me voy. Este tarado destruyó el país, nos metió en un caos institucional con el DNU», les dijo Pichetto. Consciente de que no era bienvenido en la reunión, Sturzenegger tuvo que partir.
Alguien quiso distender el ambiente y le hizo un chiste a Pichetto para calmarlo. La broma no tuvo el efecto deseado y el líder de Hacemos pasó casi un cuarto de hora insultando a Sturzenegger.
Más allá de la anécdota, entre los bloques proclives a sacar la ley se preguntaban cómo iban a hacer para conseguir los votos, sobre todo porque en el gobierno continuaban hostigando a Pichetto.
Pero el jefe de Hacemos no tenía intenciones de relajarse. Poco después de la partida de Sturzenegger, Pichetto señaló la «falta de valentía» de Caputo por no haber ido al Congreso a defender el megapaquete de leyes. Y le pidió que dejara de apretar a los gobernadores.
Lejos de amilanarse, Toto, cuyas dotes políticas se desconocen, fue con todo contra Pichetto. Le aclaró al diputado que si algo le sobraba era «valentía». Para poner más tensión a la situación dijo que no fue al Congreso porque «tenía cosas más importantes que hacer», como negociar con el FMI.
En los bloques más cercanos al oficialismo todavía dura la bronca porque consideran que la reunión de comisión en Diputados terminó mal por la impericia del gobierno, que envió a un empleado junior de Sturzenegger, que ni siquiera tiene cargo, a negociar los cambios clave para el proyecto.