En medio de las tensiones diplomáticas por los contactos de funcionarios del gobierno de Milei con Taiwan, China ahora presiona para que el libertario no deje caer la obra de las represas de Santa Cruz.
La presión de la potencia asiática para que se mantenga la obra es parte de una feroz ofensiva diplomática que incluyó la suspensión del swap de monedas y la amenaza de dejar de comprar soja, maíz y carne a la Argentina, revelada en exclusiva por LPO, que sería un golpe irremontable para la economía del país.
Tan fuerte fue la ofensiva que este viernes la canciller Diana Mondino recibió al embajador chino, Wang Wei, y al término de la reunión anunció que el gobierno de Milei se plegaba a la política de «una China» que implica desconocer a Taiwan como estado independiente. Un giro de 180 grados luego que Milei en la campaña dijera que no iba a comerciar con China y acusara a ese régimen de totalitario y comunista.
Ahora China quiere que Milei también asegure la continuidad de las represas, obra emblemática de Cristina Kirchner, que Macri congeló y Alberto Fernández reactivó.
El presidente de la empresa china Gezhouba, la principal accionista de las represas, viajó especialmente a la provincia patagónica para pedirle al gobernador Claudio Vidal, que interceda ante el gobierno nacional para que de certezas de la continuidad de la obra. El complejo hidroeléctrico de Santa Cruz es la obra de ingeniería más importante que una empresa china construye fuera de su país.
Durante la reunión con el gobernador, el empresario expresó su preocupación por la falta de precisiones y remarcaron la incertidumbre respecto al rumbo de Enarsa, a cargo de la supervisación del proyecto y parte de las empresas estatales que MIlei quiere privatizar.
Además, solicitaron al gobernador patagónico intervenga ante los sindicatos, que llevan adelante medidas de fuerzas debido a las mismas incertidumbres que presentan los contratistas.
Las represas fueron pensadas en los años 50, y se pusieron en marcha oficialmente en 2008, aunque su construcción no se inició sino hasta 2015. Desde ese momento hasta ahora, una serie de obstáculos han interrumpido las obras.
El estado actual de situación es que la construcción de las represas quedó al borde de la parálisis por la falta de la firma de la Adenda XII, un documento que deberían rubricar representantes de Enarsa y China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China Limited (ICBC) y Bank of China Limited.
«La predisposición de Gezhouba y los bancos para financiar los USD 500 millones para acelerar la obra durante este año no es ninguna novedad. Ya lo habían comunicado. Pero para que eso sea posible hay que rubricar la Adenda XII del contrato, que actualiza las condiciones financieras y los planes de obra», aseguró a LPO una fuente al tanto de las conversaciones.
Esta misma fuente explicó que para que se firme la adenda «deberían sentar en la mesa funcionarios de Enarsa, directivos de la UTE y los bancos. Porque la plata no la pone Gezhouba, sino los bancos chinos».
Si se terminan, las dos centrales sumarán una potencia instalada de 1.310 MW, por lo que se logrará ampliar en un 11,4% el total disponible de energía generada por el agua en todo el país. Los trabajos también contemplan la construcción de una línea de Extra Alta Tensión de 170 km que conectará ambas generadoras al Sistema Argentino de Interconexión (SADI).
La represa Néstor Kirchner está ubicada en la progresiva 253 del río, a 170 km de la ciudad de El Calafate, mientras que la presa Jorge Cepernic está ubicada en la progresiva 187, a 135 km de la localidad de Comandante Luis Piedra Buena. El proyecto global demanda una inversión casi USD 5.000 millones.
El avance actual de obra en la represa Jorge Cepernic roza el 40%: se prevé hacer el desvío del río el año que viene, comenzar el llenado en mayo del 2025 y la primera generación con la turbina, que ya está en sitio, en diciembre del 2025. La Néstor Kirchner, afectada por un imprevisto geológico avanza más lento, con un nivel de trabajos del 26%.