Contra la estrategia de Luis Caputo de poner un ancla a los precios con un dólar «oficial» prácticamente estabilizado, la inflación de enero arrancó con una fuerte alza. Por delante incluso de lo imaginado por el equipo económico.
La consultora Equilibra -que dirige el economista Martín Rapetti- midió que la inflación de la primera semana del año fue del 7%. Nada menos, encabezados por las subas de los precios regulados, como los combustibles y el servicio de las telecomunicaciones, que rondó 20% en las primeras jornadas de este flamante 2024.
Para la consultora, la inflación de este mes treparía al 26%. En línea con el IPC que habría cerrado diciembre, con lo que el escenario de desaceleración imaginado por Caputo no se da de ninguna manera.
En el caso de los alimentos, la suba de esa primera semana del año fue del 4,5%, gracias a la contracción en el rubro de las carnes. El resto de la inflación núcleo alcanzó el 6,1%, básicamente por las subas en las prepagas
En este contexto, dice Equilibra, «los salarios no reaccionaron al fogonazo inflacionario«. Y que la pérdida de poder adquisitivo fue récord mensual en diciembre.
Lo dice así, en el informe: «El Ejecutivo avisó que no intervendrá en las paritarias («negociaciones entre partes»), por lo que desde enero los trabajadores intentar recomponer o empardar la inflación para no repetir el desplome del salario real de diciembre (habría caído 11%, récord mensual para la serie que arranca en 1995)».
El plantón de la actividad
En este contexto de alza inflacionaria, la actividad económica ya muestra algunos efectos negativos. Aunque incipiente, se trata de un enfriamiento notorio en diversos rubros.
En algunas cadenas de supermercados de las más grandes del país ya tomaron nota de lo que está sucediendo con el consumo en medio de la pérdida del poder adquisitivo de la población: las ventas -en volúmenes- mostraron una caída de 5% durante la primera semana del año, en relación a la misma semana del año pasado.
Para los supermercadistas, este dato podría dar cuenta de una tendencia para el corto plazo.
Desde las estaciones de servicio también advierten un golpe en las ventas tras los sucesivos incrementos en los precios de los combustibles. Para la sociedad parece difícil de digerir un alza del 90% en los precios en pocas semanas, aunque la tendencia definitiva se conocerá en las próximas semanas, cuando los salarios muestren alguna recomposición.
También en el sector de la construcción se nota una merma relevante, según advierten las principales compañías que venden materiales para la construcción.
Las ventas sufrieron un fuerte desplome. Se agravó lo que ya se venía observado desde mediados de año.
En diciembre, la caída fue del 17,4% en relación al mismo mes de 2022. La baja respecto de noviembre fue de 14,8%. Un retroceso histórico y que impacta en uno de los sectores más pujantes de la economía.