Bill Gates ha sido un abanderado del desarrollo de la inteligencia artificial y por eso conoce sus límites y posibilidades. El cofundador de Microsoft dio su postura sobre aquellas profesiones en las que esta tecnología no podrá reemplazar a los seres humanos.
En total, proyecta que son más de seis trabajos en los que la IA no tiene el mismo potencial que los humanos, debido a diferentes factores de conocimiento, conciencia y análisis que se necesita para tomar las decisiones correctas.
Cuáles son las profesiones que Bill Gates cree que la IA no remplazará
- La programación
Para Gates, la programación representa un bastión de resistencia ante el avance de la automatización. Aunque las herramientas de inteligencia artificial pueden generar líneas de código, optimizar algoritmos o corregir errores con notable eficiencia, el diseño de software sigue requiriendo capacidades exclusivamente humanas.
“Las máquinas pueden automatizar procesos y manejar grandes volúmenes de datos, pero el trabajo de los programadores no solo consiste en ejecutar tareas técnicas. Implica el diseño de soluciones adaptativas y la capacidad de innovar, tomando en cuenta elementos sociales, culturales y éticos”, afirma.

Este razonamiento sitúa a la programación más allá de la ejecución técnica. El juicio, la creatividad y la comprensión de problemas complejos del mundo real siguen siendo atributos que la inteligencia artificial, hasta ahora, no ha logrado replicar.
Incluso ante las predicciones de expertos como Jensen Huang, CEO de Nvidia, quien sostiene que en el futuro bastará con describir en lenguaje natural una necesidad para que la IA genere el software requerido, Gates no retrocede. En su visión, el rol del programador seguirá siendo indispensable allí donde la innovación tecnológica deba dialogar con variables humanas, como las culturales y éticas.
- Biología, energía e IA
En una segunda categoría de profesiones irremplazables, Gates destaca aquellas vinculadas con la biología, la energía y el desarrollo de la propia inteligencia artificial. Estas disciplinas, al involucrar niveles de conocimiento altamente especializados, multidisciplinarios y en constante evolución, escapan por el momento a la capacidad de los sistemas automatizados.
Según el ex director ejecutivo de Microsoft, el desarrollo de nuevas soluciones energéticas y biotecnológicas requiere no solo análisis de datos, sino también intuición científica y una comprensión profunda de sistemas biológicos y naturales que la IA aún no posee.
Los profesionales que se desempeñan en estas áreas (como los ingenieros genéticos, biólogos computacionales, biotecnólogos o técnicos en redes eléctricas inteligentes) se verán beneficiados por las herramientas digitales, pero no desplazados por ellas.

A estos perfiles se suman los desarrolladores de machine learning, responsables precisamente de enseñar a las máquinas a aprender. Es decir, según Gates, la IA no podrá reemplazar a quienes la diseñan, mejoran y controlan, al menos en un horizonte previsible.
- Salud, derecho y educación
El contraste se vuelve evidente al analizar los sectores que, según Gates, sí podrían verse amenazados. Aunque en todos los casos aclara que no habrá una eliminación total de los trabajadores humanos, sí señala que la inteligencia artificial transformará profundamente sus tareas.
En el ámbito de la salud, por ejemplo, afirma que “la inteligencia artificial está cambiando la forma en la que realizan los dictámenes y los tratamientos”. Gracias a su capacidad para procesar grandes volúmenes de información y generar tratamientos personalizados, la IA podría reducir el protagonismo de médicos y enfermeros en ciertas fases del diagnóstico y la atención primaria.

Algo similar ocurre en el derecho. El uso de herramientas automatizadas para la redacción de documentos legales, la investigación jurisprudencial y hasta la resolución de litigios ya es una realidad. “Tendrán que adaptarse a esta nueva realidad y trabajar de la mano con esta”, expresa Gates, refiriéndose a los abogados.
En cuanto a la educación, la tecnología avanza hacia formas de tutoría personalizada. “Los profesores deben adaptarse a las nuevas herramientas tecnológicas para un debido manejo de las mismas”, afirma. Las plataformas de IA pueden generar resúmenes, responder dudas académicas y hasta ofrecer apoyo emocional básico, funciones que antes requerían la presencia directa del docente.
