Columnista invitada (*) | Parece que fue ayer cuando celebrábamos el inicio de 2024, llenos de planes, metas y promesas que queríamos cumplir. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, diciembre ya está aquí.
Diciembre tiene una magia especial. Es un mes que nos invita a reflexionar, a hacer balances y, a veces, a cuestionarnos. Pero también puede ser un mes abrumador, lleno de listas de pendientes, compromisos sociales y la sensación de que deberíamos haber hecho más.
Entonces, te pregunto: ¿cómo te hace sentir este momento del año? Tal vez sientas orgullo por todo lo que alcanzaste o frustración por lo que quedó pendiente. O quizás una mezcla de ambas.
¿Logros o aprendizaje?
En general, medimos nuestro año en logros tangibles: ascensos, nuevos proyectos, metas cumplidas. Pero ¿qué pasa con lo que no se ve? Las veces que te levantaste cuando querías rendirte, las conexiones profundas que construiste, las conversaciones que te abrieron nuevos caminos, los aprendizajes que llegaron a través de los desafíos?
Este año, tal vez, no fue perfecto (¿alguna vez lo es?), pero estoy segura de que te dejó algo valioso: un cambio en tu mentalidad, una nueva perspectiva o la fuerza para intentarlo una vez más. Porque avanzar no siempre se trata de llegar a la meta; a veces, simplemente se trata de no detenerse.
El peligro de las comparaciones
En esta época, es fácil caer en la trampa de las comparaciones. Vemos en redes sociales cómo otros comparten sus “logros del año” y sentimos que, de alguna manera, nos quedamos atrás. Pero quiero recordarte algo: tu camino es único y mirar hacia fuera, en general, distrae.
No importa si no lograste todo lo que planeaste, no importa si tu año tuvo más giros inesperados que metas cumplidas. Lo que importa es que estás aquí, reflexionando, buscando crecer y evolucionar. Eso ya es un logro en sí mismo.
Tiempo para detenerte y reconectar
Diciembre también es una oportunidad para reconectar con vos mismo. No se trata solo de cerrar ciclos, sino de mirar hacia adelante con claridad y propósito. Te invito a hacerte estas preguntas:
- ¿Qué aprendí este año sobre mí mismo?
- ¿Qué quiero dejar atrás al cerrar este ciclo?
- ¿Qué me entusiasma para el próximo año?
Diseñando un año alineado contigo
El próximo año es una página en blanco. ¿Qué vas a escribir en ella? Más que fijar metas, mi invitación es a que diseñes un año alineado con quien sos en esencia.
No se trata de hacer más, sino de hacer lo que realmente te gusta, te motive y genere un sentido de propósito en tu vida Si este año no lograste todo lo que querías, no te castigues. Tal vez no era el momento, o quizás la vida te llevó por caminos que necesitabas recorrer para llegar a donde estás hoy. Y eso está bien. Porque cada paso, incluso los más pequeños, cuentan.
La reinvención siempre es una opción
Si sentís que este año te dejó con más preguntas que respuestas, quiero recordarte que siempre podés reinventarte. No importa la fecha ni la etapa de la vida en la que estés. Lo importante es que tengas el coraje de escucharte, de apostar por vos y de dar el primer paso hacia lo que deseas.
El tiempo vuela, sí. Pero está en vos decidir cómo vivirlo.
Cerrando con gratitud y propósito
A medida que cerramos este año, quiero invitarte a hacerlo desde un lugar de gratitud. Gratitud por lo que fue, incluso si no salió como esperabas. Gratitud por lo que aprendiste. Y, sobre todo, gratitud por todo lo que aún está por venir. El próximo año te espera, y no importa si empezás corriendo o a paso lento. Lo importante es que lo hagas con intención, con propósito y, sobre todo, siendo fiel a quien sos.
El tiempo vuela, sí. Pero también está lleno de oportunidades. ¿Qué vas a hacer con ellas?
(*) Natalia De Vita es mentora de Carrera Profesional y coach ejecutiva. conferencista y docente de Capacitación Ejecutiva y Coach de Alumnos de MBA en San Andrés. Docente de Gestión de las Personas en UADE