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Opinión

Escuchar a Cielo

No es la primera vez que la Justicia intenta obligar a una niña a convivir con quiénes no quiere. Esta vez le tocó a Cielo, una pequeña de tan sólo 6 años, que ahora permanece bajo la guarda de sus abuelos paternos, en la casa donde fue abusada y lejos de su mamá.


Si para ver a tu nieta, tenes que arrancarla de los brazos de su madre con ayuda de la Policía, es que no estás haciendo bien las cosas. Eso ocurrió el martes por la tarde cuando el matrimonio integrado por Mónica Vesconi y Miguel Frugoni Zavala llegó a la casa de Mariel Gauna con una orden judicial de la Jueza Karina Feldmann, la Policía y oficiales de justicia para llevarse a Cielo -nombre ficticio que se le asignó- a vivir con ellos hasta el 10 de febrero del 2025.

Los expedientes judiciales y cruces de demandas comenzaron en 2021 cuando M.G. denunció a M. F. por abusar de Cielo, la hija de ambos. Causa que se encuentra elevada a juicio desde septiembre del 2023 y que, según el fiscal posee “pruebas contundentes” para llegar a una condena. Antes ella lo había denunciado por violencia de género, causa por la que fue condenado.

No se puede pasar por alto que el acusado llegará a juicio en libertad, ni siquiera estuvo demorado porque sus abogados, siempre se valieron de todo tipo de estrategias judiciales para evitar su prisión. Además, toda la familia Frugoni Zavala, tiene vinculaciones con gran parte del arco político y empresarial de la provincia, son dueños de locales comerciales de la ciudad, entre los cuales se encuentran uno de ropa para niños y otros instalados en el shopping de Resistencia e integran organizaciones de la sociedad civil como UNAJE (Unión de Jóvenes Empresarios Chaco) y Cryptonea. Este contexto de poder económico en los varones siempre es un arma que utilizan para llegar a las más altas esferas de la política, la Justicia y otros espacios para conseguir apoyo, impunidad, y seguir perpetrando la violencia contra sus víctimas.

Tambien Mónica Vesconi y Miguel Frugoni Zavala -padres de M.- fueron denunciados por encubrir y/o participar de los abusos a los que fue sometida Cielo debido a que en entrevistas con la psicóloga, se pudo determinar que hubo una participación -o al menos conocimiento- de sus abuelos paternos. Pero, casualmente esa causa, no avanzó.

Demanda por cuidado personal

Quienes sí avanzaron judicialmente fueron los abuelos, solicitando en primera medida la revinculación con la nena y luego la custodia por cuidado personal. En los intentos de revinculación Cielo se negó a ir con sus abuelos y su madre, a través de abogados, lograron aplazar la revinculación. “Nadie le prohíbe ver a la nena, pero en las condiciones que C. pide, ella no quiere ir a la casa de sus abuelos, quiere verlos en su casa”, afirmó Diego Sassari, vocero de la Fundación Vínculos Sanos.

Ante esto, Vesconi y Frugoni iniciaron una demanda ante el Juzgado de Familia N° 1, de la jueza Karina Feldmann y denunciaron que Mariel Gauna impedía el contacto con Cielo. En los fundamentos afirmaron que la niña no iba a la escuela, lo que fue desmentido con pruebas. En esa causa, la Asesora de Niños, Niñas y Adolescentes, Gabriela Colef, emitió un dictamen a la jueza en el que asegura que el pedido de custodia de los abuelos debía rechazarse debido a que la niña se encontraba en tratamiento psicoterapeútico con seguimiento de los dispositivos de protección de niñez.

A pesar de todo, el martes 17 de diciembre los abuelos paternos de Cielo se presentaron en el domicilio de la niña con la Policía, oficiales de Justicia y la Asesora de Niños, y se la llevaron.

La revictimización de las infancias

Los gritos de Cielo se escuchaban en toda la cuadra, ella no quería ir, no quería separarse de su mamá. En los tirones que pegaban sus abuelos, la niña gritaba “no quiero, me duele”, su mamá pedía por favor que “no la lastimen”. La Policía intervino, la arrancó de los brazos de su mamá y descalza, con gritos desgarradores, desesperada, la C. fue obligada a subirse al auto de sus abuelos para vivir en la casa donde fue abusada.

En Argentina, las leyes de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes establecen que la revinculación familiar debe hacerse con la ayuda de psicólogos especializados con el objetivo de preservar la integridad psíquica y emocional del menor. Acá, nada de eso se respetó. Cielo fue filmada gritando y siendo arrancada violentamente de su familia.

Los videos del desgarrador procedimiento judicial al que la sometieron para separarla de su familia ya recorrieron todo el país y deja evidencia de la crueldad a la que pueden ser sometidas las infancias cuando la Justicia y los adultos no escuchan a una niña.

En las vigilias que se realizaron ayer en el Juzgado y en Casa de Gobierno, Sassari, aseguró: “Tenemos un montón de preguntas para hacerle a la Justicia desde cómo empezaron y por qué hicieron el procedimiento que hicieron ayer. El procedimiento por parte de una justicia que ya no se la puede calificar de tal ahora le impide a Cielo llevar la vida de una niña que hasta el martes llevaba. Ella iba a plazas, iba a la escuela, tenía amigas, iba a una psicóloga, a su pediatra, todo eso fue interrumpido violentamente. Debía ir a una colonia de vacaciones, pero tenemos información de que ni siquiera la llevaron a la colonia. No puede prevalecer la voluntad de los adultos y de una Jueza por sobre una niña. Acá no se respetaron los derechos de Cielo”, añadió.

En ese sentido, el Colegio de Abogados expresó preocupación por ese proceder judicial. “Consideramos que la forma en que se manejó la situación fue insensible y carente de la perspectiva adecuada que demanda el bienestar de la niña. La ejecución del mandamiento fue absolutamente desprolija y debió haber incluido un enfoque más humano y cuidadoso. Hemos observado un claro abuso procesal y del derecho al ejecutarse la manda judicial, evidenciándose acciones violentas sobre el cuerpo y la psique de la niña C”, cita el comunicado. También demandaron la presencia de los abogados del N,N y A, y la asesora del Niño en turno, también abogados designados para proteger los intereses de la niña que “deberían haber estado presentes para asegurar que la ejecución del mandamiento no resultara en un trauma adicional”.

La jueza Feldmann, por su parte, se defendió con un comunicado de prensa emitido por la oficina del Superior Tribunal de Justicia: «Lo que hicimos fue priorizar el interés superior del niño» después que «fracasaron todos los intentos de establecer previamente la comunicación», dijo. Tampoco Mauro Frugoni puede acercarse a la niña ya que pesa una orden de prohibición sobre él.

También comentó que en su resolución brindó directivas específicas respecto a cómo debía realizarse la diligencia para hacer efectiva la medida: «el oficial de justicia que en turno y jurisdicción corresponda… se constituirá en el domicilio de la progenitora…y/o lugar donde la niña se encuentre, y procederá al retiro de la misma, colocándola bajo el cuidado de los abuelos-guardadores, tratando de evitar cualquier situación que afecte gravemente a C., debiendo la madre y o cualquier persona colaborar con el cumplimiento pacífico de la medida.

Autorizando al oficial de justicia asimismo a allanar domicilio, hacer uso de la fuerza pública, en caso de ser necesaria, con la prudencia que el caso requiera”. La sociedad se pregunta: ¿Cuál es el grado de prudencia que debía aplicarse? Cielo pidió por favor quedarse con su mamá y aún así la obligaron a irse.

La Jueza exige, además, que no se mencione ni se difundan videos o imágenes de la niña, algo con lo que cualquier periodista con perspectiva de derechos está de acuerdo. Pero lo cierto es que esta vez, los videos fueron necesarios para graficar el nivel de violencia, crueldad y revictimización al que está siendo sometida la niña C.

La Justicia contra las madres

La orden judicial de Feldmann ordena a Mariel Gauna no acercarse a su hija y realizar tratamiento psicoterapeútico para “tratar” la revinculación que recién comenzará el 10 de febrero en una audiencia en el Juzgado N°1.

Además, en este punto, es necesario aclarar que sobre M. G., la familia Ozog, la fundación Vínculos Sanos y la organización Al fin Justicia pesa una especie de “bozal legal” que les impide referirse al caso públicamente, hablar de la niña e inclusive mencionar a la familia Frugoni. De hacerlo, deberán pagar multas. Están atados de pies y manos, marchar en silencio, difusión y solidaridad de la sociedad es lo único que les queda para reclamar por justicia para Cielo.

Como M., existen otras madres protectoras en el país que son criminalizadas y obligadas a realizar tratamientos psicológicos, incluso son apresadas por proteger a sus hijos e hijas. Desafortunadamente, recién en febrero va a tener la oportunidad de defenderse y de reclamar formalmente volver a tener contacto con su hija. Mientras tanto, son cada vez más las personas que se suman a las vigilias que la familia materna de Cielo realiza en las plazas y frente al Juzgado de Familia.

Que la crueldad contra las infancias no se naturalice y que Cielo vuelva con su mamá.

 

Escribe Pamela Soto para Eschaco

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