Tras el desbloqueo de 12 celulares secuestrados en el marco de la causa, los investigadores comenzaron a hallar contradicciones entre la información que proporcionan los aparatos y los relatos brindados por varios de los detenidos en torno al caso. Los más complicados siguen siendo el exmarino Carlos Pérez y María Victoria Caillava. La versión brindada por Laudelina sigue presentando más dudas, mientras se espera que declare ante la Justicia Federal. También las pericias que después de 20 días se realizaron sobre el auto de «Fierrito» Ramírez en el que habrían hallado algún rastro de Loan Peña y la moto de Antonio Benítez, tío del menor, que fue vista entrar y salir varias veces en la zona de búsqueda.
Con cada día que pasa, pareciera que cada hipótesis que se analiza tiene un sospechoso fundamental, pero en la unión de todas ellas aparecen como común denominador: el matrimonio Pérez Caillava cuyos teléfonos arrojaron algunos datos sorprendentes. En principio, los investigadores lograron determinar que ambos celulares se activaron en distintos horarios y ubicaciones que la pareja jamás declaró haber estado. Uno de los caminos donde se captó la señal de los aparatos fue en proximidades de la Ruta 12, en el paraje conocido como «Costa Batel», cerca de la localidad de Yatay Tí Calle, a unos 40 kilómetros de donde fue visto Loan Peña por última vez.
El detalle más llamativo hallado en los teléfonos del exmarino y la exfuncionaria son los siete llamados telefónicos realizados entre ellos, mientras se encontraban ambos en el mismo lugar. Asimismo, trascendió un video de la cámara de seguridad del centro de salud de 9 de Julio a las 00:19 del viernes 14, donde se los ve llegar juntos a Caillava y a Pérez a bordo de la camioneta Ford Ranger 4×4 blanca. Días atrás, una enfermera que atendió a la exfuncionaria mencionó que había llegado «emocionalmente quebrada y con presunto ataque de pánico», aunque este detalle no habría sido mencionado inicialmente a los fiscales Barry y Castillo en la declaración testimonial.
Para los investigadores parecería que todas las acciones llevadas a cabo por el exmilitar y la exfuncionaria, apuntaban a dos cosas: primero, a sembrar pistas para despegarse del caso, y por otro lado, plantar evidencia con la complicidad de Maciel y Laudelina para llevar a quienes buscaban a Loan en medio del campo, hacia el lado opuesto.
Reconstrucción con Camila
Mientras tanto ayer por la tarde, alrededor de las 17, una comisión judicial y de peritos llegó en varios vehículos hasta el campo de Catalina acompañados de Camila Núñez. Luego de su declaración del martes, el fiscal y la jueza pidieron que la tía de Loan participe de una reconstrucción de su recorrido en el sendero que lleva hacia el naranjal. La intención es que la joven pueda indicarles a los funcionarios judiciales la ubicación de cada uno de los que estuvieron presentes el jueves en aquel almuerzo y sobre todo el detalle de quiénes se movilizaron hacia el monte ubicado a unos 500 metros de la casa de Catalina. Cabe recordar que Camila había contradicho a su tía Laudelina, quien afirmó haber escuchado cómo atropellaban a Loan y ver cómo Pérez lo levantaba y lo colocaba en la caja de la camioneta. Con esta pericia se podría aportar algo de claridad a aquella secuencia relatada ante la Justicia ordinaria por la madrina y menor.
En tanto ayer, uno de los hermanos de Loan recibió un mensaje desde un celular con característica de Chaco y en el que le decían que «Loan estaba bien y que podían negociar». De inmediato, se notificó a la Policía Federal para rastrear la ubicación de quien lo envió para indagar también sobre esa línea.
La tapera y la escuela
Entre el martes y ayer miércoles también se hicieron rastrillajes en inmediaciones de la casa de los Paniagua, una familia conocida y directamente ligada con Benítez, el tío de Loan, y para quienes trabajó en alguna oportunidad. Esta teoría fue impuesta una vez más por Fernando Burlando, quien junto a José Peña, padre del niño, recorrió aquel campo y descubrió rastros de comida y otros elementos sospechosos. En un primer momento, se dijo que la Policía había hallado a Loan y lo tenían en una tapera, que sería la de los Paniagua, pero luego esa versión fue rápidamente desmentida. Allí comenzaron las dudas sobre Maciel.
Asimismo, durante los rastrillajes en la zona rural, se llegó hasta una escuela abandonada, la N°830, y que ya había sido requisada en la primera etapa de búsqueda y en donde según revelaron fuentes de la investigación hallaron dos trozos muy chicos de una toalla con restos de sangre que ya confirmaron es humana y realizarán pruebas para determinar si pertenece a Loan. También volvieron a incautar cabellos en la zona, que serán sometidos a estudios.
