Mariano Cúneo Libarona quedó expuesto luego del fallo adverso en la Cámara Federal porteña, que le dio la razón a Sebastián Casanello y ordenó que el Gobierno reparta los alimentos que retenía en galpones.
El ministro de Justicia había ventilado que el fallo saldría favorable al Gobierno. No sólo lo creyeron en el gabinete sino que el propio demandante original, Juan Grabois, había dicho que perdería en la Cámara.
«Ganamos la apelación. Sorpresas te da la vida», tuiteó Grabois, confirmando que no esperaba el fallo a favor.
Una luz de alarma se encendió en el Ejecutivo porque la Cámara está lejos de ser «kirchnerista». Si bien uno de los tres camaristas, Roberto Boico, fue abogado de Cristina Kirchner, los camaristas Martín Irurzun y Eduardo Farah están en las antípodas del gobierno anterior.
Por eso la acusación salvaje de Leila Gianni contra Casanello, a quien acusó de «juez militante», dejó ahora al gobierno en una situación incómoda. Aún más teniendo en cuenta que, de acuerdo a lo que anticiparon a LPO allegados a la Cámara, la cuestión de fondo también sería una mala noticia para el Gobierno.