Mientras el oficialismo en la Legislatura chaqueña “impulsa el pago de recompensas a quienes aporten datos sobre hechos de corrupción en Chaco” y el gobierno profundiza su caza de brujas contra todo aquél que haya pasado por la función pública en los últimos 16 años, la economía se prende fuego.
Que sigan produciendo títulos para la Revista Barcelona no puede ocultar el hecho de que Caída Ayala, sin fueros y sin el apoyo del macrismo gobernante, podría ser condenada a diez años de prisión por un hecho de corrupción que salpicó al actual gobernador Leandro Zdero, quien se desembarazó del caso con la astucia de un zorro y la viscosidad de una anguila.
Cuanto más corren el eje, más se ensartan. Este martes, Clelia Águila, interventora del Instituto de Agricultura Familiar y Economía Popular (IAFEP), reveló que hace una semana entregó a la Justicia una tablet que según ella habría sido utilizada por el extitular de la entidad, Mauro Andión, para pergeñar toda clase de hechos de corrupción.
Águila no tiene en claro cuáles fueron esos hechos, pero está segura de que en ese dispositivo hay gato encerrado, incluida, quizás, una actualización pendiente a Android 12. La última vez que la militante ultraconservadora acudió a la Justicia fue para intentar que se declare la inconstitucionalidad de la ley de aborto. Hizo un papelón.
“Para mi sorpresa me encontré con datos que podrían conducir a la ruta de los hechos delictivos”, dijo este martes enfatizando la palabra “ruta”, y puso manos a la obra a sus asesores legales, Godofredo Pérez Dudiuk y Alejandro Varela, los mismos abogados que aparecen en la lista divulgada días atrás cobrando $700.000 y $400.000 respectivamente de Fiduciaria del Norte, junto a Juan Arreglín, que también cobra 700.
Recordemos: Arreglín es el responsable de la filtración del chat en el que conversaba animadamente con el ministro de Gobierno Jorge “Pato” Gómez sobre “ciertas causas” en las que ambos estarían trabajando. Por el tono afable, casi íntimo, “trabajando” podría ser un sinónimo de “armando”. Así lo entendieron quienes evaluaban en las últimas horas presentarse ante la Justicia para que se clarifique el entuerto.
En concreto, en el chat Arreglín le pide a Gómez avanzar con la firma del expediente de la “causa Laguna Ávalos” (“Es el sobre que tenés vos”, le dice); coordinar con la cartera sanitaria el tema “camisolines y fármacos”, y con el bloque oficialista “que nos firmen el poder por la causa Fisu/La Rubita”. Al final le dice: “Lo demás ya lo resolvimos con Fredy”. Fredy es Godofredo, el abogado de Clelia Águila que, por 700 lucas por mes, llevó la tablet de Andión a la Justicia.
Cabe recordar que Arreglín fue abogado de la querella en el caso Cecilia (renunció cuando Gloria Romero dijo que lo iba a echar), y Gómez fue jefe del equipo fiscal que investigó el mismo caso hasta hace apenas tres meses. Caso que, de más está decir, fue utilizado políticamente hasta la arcada. Si Gómez fue premiado con un ministerio, Arreglín lo fue con un conchabo en Fiduciaria.
Así, entre papelones a cielo abierto y escupitajos contra el viento, el gobierno de Leandro Zdero se acerca a marzo. La apertura del período ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados, así como la presencia del gobernador el primer día del ciclo lectivo en alguna escuela en la que refulja la bandera recién donada, será para alquilar balcones. Qué nuevos títulos nos deparará la prensa compincha.
