Juan Carlos Romero discutía a los gritos con los legisladores kirchneristas en la bicameral cuando su silla dijo basta.
El senador salteño terminó en el piso mientras hablaba José Mayans, el jefe de bloque de Unión por la Patria en el Senado. Romero venía de discutir acaloradamente con el jefe del kirchnerista en Diputados, Germán Martínez.
Las expresiones de los senadores y diputados que presenciaron la caída del ex gobernador fueron de horror. Las diferencias políticas quedaron de lado por un instante: el primer reflejo, de una humanidad innegable, fue el de pararse en auxilio del accidentado.
«¿No habrá sido esta su intención, no?», inquirió Romero a Martínez, una vez incorporado, acusando una telequinesis empleada para ganar el debate.
«No nos eche la culpa porque no tuvimos nada que ver», advirtió la senadora kirchnerista Juliana di Tullio.