Recientemente, un hombre tuvo un insólito descubrimiento durante una jornada de trabajo. Vadim Kharkhavyy es un albañil estadounidense y mientras renovaba el baño de un cliente en Seattle, Washington, encontró una granada.
El elemento estaba ubicado “entre las monturas” de una bañadera que debía arrancar para poder llevar a cabo una remodelación. “Mi primer pensamiento fue salir de allí”, le confesó el hombre a la cadena de noticias Kiro 7 News.
Kharkhavyy trabaja con la compañía Polar Bear Construction y admitió que tras hallar una pequeña bomba decidió alejarse del lugar. Finalmente, volvió para poder dejar algún tipo de “registro de la situación”.
“Acerqué mi teléfono y eché un vistazo más de cerca. Mi primer pensamiento fue que era una granada de verdad”. El hombre comentó que trabajó en el negocio de la construcción durante 10 años y que con frecuencia suele encontrar cosas en las paredes o debajo del piso, como por ejemplo revistas o diarios viejos.
Al darse cuenta de que enfrente suyo había un explosivo, se preocupó. “Me asusté un poco, dejé la bañera y salí corriendo de la habitación, y le di unos cinco minutos por si acaso”, indicó a Professional Remodel, un sitio web que divulga información vinculada a actividades de remodelación en general.
La policía de Seattle y el escuadrón antiexplosivos acudieron al lugar y determinaron que el dispositivo no era una granada que estuviera activa. El objeto permanecía escondido en una pared detrás de un compartimento que no saltaba a la vista con facilidad.
“Incluso si abrís ese compartimento, no sabrás que está ahí”, dijo Kharkavyy al sitio. “No se distinguiría ni aunque alguien hubiera metido la cabeza allí porque todo está muy apretado. Hay mucha electricidad y plomería en el camino”.
El albañil sostuvo que perdió tres horas de trabajo después de encontrar la granada escondida y que temía perder la vida. “Ya sea una bomba o una granada, es un explosivo. Tengo hijos y una esposa en casa, así que prefiero prevenir que lamentar”, indicó.
Por su parte, el hombre contó que la policía de Seattle le comunicó que era un arma típica de la Segunda Guerra Mundial, y que alguien pudo haberlas “guardado allí y posiblemente haberse olvidado de ella”.
Asimismo, un oficial de información pública del departamento policial reveló que aún no se sabe cómo ni quién colocó la granada en el lugar donde fue encontrada.