Clementina XXI es una supercomputadora argentina tan potente que se encuentra entre las 100 más poderosas del mundo. De uso compartido con fines de investigación entre todo el sistema nacional de ciencia y tecnología, funciona en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para tareas que demandan una enorme cantidad de poder de procesamiento de cálculo.
El nombre de este megaequipo que se instaló el año pasado y costó 5 millones de dólares (con fondos proporcionados por el Development Bank of Latin America and the Caribbean), se inspira en Clementina, la primera computadora de uso científico que se instaló en el país en 1961.
Clementina XXI es un monstruo de la tecnología. Con un tamaño que ocupa 7 metros cuadrados y un consumo energético equivalente al de 300 hogares, alberga múltiples procesadores que trabajan en conjunto para realizar cálculos complejos a velocidades inimaginables.
Su potencia de procesamiento de 15,7 PetaFLOPS, equivalente a 1672 PlayStation 5 o a 2903 MacBook Pro, representa un hito para el desarrollo científico y tecnológico del país. Ese poder la hace ideal para realizar investigaciones que van desde el modelado de cuencas petroleras y de gas hasta análisis de diversos aspectos de la física, la astronomía, biomedicina e incluso algunos temas relacionados con las ciencias sociales.
Cómo es Clementina XXI, la supercomputadora argentina
Clementina XXI tiene un rendimiento máximo de 15,7 petaFLOPS, 5120 núcleos de la serie Intel® Xeon® CPU Max y 37,888 núcleos Intel® Data Center GPU Max Series. Eso la convierte en la segunda supercomputadora más poderosa de América Latina.
A diferencia de las PC comerciales hogareñas, esta computadora tiene múltiples procesadores, necesarios para realizar las tareas de alta complejidad. Por esa razón, y debido a su tamaño y capacidad de cómputo, no puede ser refrigerado con el método tradicional de circulación de aire. Clementina XXI utiliza el método de enfriamiento con agua.
A pesar de estar físicamente ubicada en la sede del Servicio Meteorológico Nacional, Clementina XXI está disponible para investigadores públicos de las universidades y la industria. Solo el 10 por ciento de la capacidad de la supercomputadora estará dedicada a sistemas del SMN y el 90 por ciento restante estará servirá para fortalecer la interacción virtuosa entre el sector público y el privado.
Como la supercomputadora tiene un régimen de acceso libre, ofrece una plataforma ideal para investigaciones científicas como estudios de genómica, diseño de fármacos, o estudios de inteligencia artificial y ciencia de datos. Al ser tan potente, Clementina XXI es aprovechada por la comunidad para todo tipo de investigaciones. Bajo la administración del Sistema Nacional de Computación de Alto Desempeño (SNCAD), cualquier investigador podrá presentar proyectos para utilizar tiempo de cómputo, los que serán evaluados por un comité de expertos que asignará los recursos computacionales a cada uno de ellos.
Clementina, la primera computadora científica de Argentina
Clementina, la primera computadora científica, funcionó entre 1961 y 1971 en el Instituto del Cálculo de la Universidad de Buenos Aires. Manuel Sadosky lideró las gestiones para adquirirla. Su primera programadora fue Cecilia Berdichevsky, la mujer que aparece en la mayoría de las fotos de la supercomputadora.
Funcionaba a válvulas electrónicas y diodos de cristal de germanio y tenía 5000 componentes activos y memoria de núcleos magnéticos de 4 KWords (de 10 bits). Para tener una dimensión, era más de 50.000 veces más grande que una PC actual: ocupada una habitación entera, más otro cuarto donde se ubicaban los racks de alimentación y fuentes de poder. Estaba constituida por 14 gabinetes de 60 centímetros que tenían las funciones de procesador y memoria de trabajo y de 4 gabinetes de cilindros magnéticos con una capacidad total de 64 KWords (de 10 bits).
Esta verdadera supercomputadora abrió el camino para la computación científica en Argentina, inspiró la creación de centros de investigación y desarrollo tecnológico y demostró el potencial del país para la innovación.