La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, pasó del estupor al pánico en la última reunión que mantuvo con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Durante el encuentro, Posse enumeró los nombres de cada una de las personas con las que la funcionaria se dio cita en el último tiempo sin divulgarlas públicamente.
Pero lo más grave vino al final, cuando al momento de la despedida el jefe de Gabinete deslizó una frase que a la ministra le sonó intimidatoria. «Pasala bien en Punta del Este», le dijo Posse, demostrando que sabía que ella había sacado los pasajes para viajar el fin de semana a Uruguay. Demudada, la ministra abandonó la oficina y comentó lo que le había pasado, afirmó a LPO un dirigente político al tanto de lo ocurrido.
No es novedad la obsesión del jefe de Gabinete por el espionaje. Apenas se estaba conformando el gabinete, libró y ganó una dura batalla con la vicepresidente Victoria Villarruel, por el control de la AFI. Finalmente, Posse logró nombrar al frente de la agencia de espionaje al abogado Silvestre Sívori.
Pero el problema es más profundo. Posse se habría tentado, según la información que maneja el ex presidente Macri, con la creación de un equipo de inteligencia ilegal que espíe a propios y extraños. Macri sabe de lo que habla, él mismo es un obsesivo de esas actividades y tiene una causa abierta por el tema.
Posse designó al brigadier retirado Jorge Jesús Antelo como secretario de Estrategia Nacional de la Jefatura de Gabinete. Sin embargo, su poder e influencia crecen más allá de sus funciones de análisis y según la información de Macri sería el líder del grupo que realizaría tareas de espionaje ilegal para Posse. Esta obsesión de Posse con la inteligencia fue bien retratada este sábado en una nota de La Nación.
Pero Macri y los funcionarios del gabinete no serían los únicos apuntados. En el equipo de Sergio Massa afirman que detectaron tareas de inteligencia sobre las oficinas que el ex candidato presidencial tiene sobre Avenida Libertador, en el barrio porteño de Retiro. Y una presunción similar tienen en el Instituto Patria que volvió a visitar Cristina Kirchner.