Yanina Pérez fue asesinada el jueves pasado alrededor de las 10 de la mañana por su expareja en el cementerio municipal de Angaco, donde trabajaba. Días antes, le había enviado un mensaje a una amiga diciéndole que no iba a ir a una reunión por “miedo a que le hagan algo”.
Ariel Omar Pérez, su expareja y el presunto asesino identificado por sus compañeros de trabajo, ya había intentado matarla en 2020 en la puerta de su casa en Villa Sfeir, pero escapó y la causa “quedó en la nada”. Las hijas de la víctima piden justicia y aseguran que Yanina “vivía con miedo”.
Días antes de su asesinato, Yanina le había enviado un mensaje a una amiga indicándole que no iba a ir a una reunión por miedo: “No puedo ir mañana te explico lo que me pasa, pero tengo miedo de andar, de que me hagan algo”, escribió a través de un mensaje por WhatsApp.
A su vez, las hijas de Yanina, de 22 y 24 años, que estaban en estado de shock al enterarse de la noticia, lograron hablar con los medios locales y contaron que “su madre vivía con miedo”.
Según indicaron, ella había estado muchos años en pareja con él por miedo a que le haga algo a ella o a sus hijas. Pero, en mayo del 2023 decidió separase y el calvario fue aún peor. “Ella estaba decidida porque pasó mucho tiempo con él por miedo, tenía miedo de que nos hiciera algo a los hijos”, dijo una de las hijas. A partir de ese momento Pérez comenzó a acosarla.
Hasta que este jueves, a la vista de todos, a plena luz del día, la mató de cinco puñaladas. De acuerdo a la autopsia realizada por el cuerpo forense de San Juan, la víctima tenía cinco heridas punzocortantes: una en mama derecha, otra en el hemitórax derecho, otra en la zona del abdomen, una cuarta en el hemitórax izquierdo y la quinta en las costillas izquierdas.
Hasta el momento, Ariel Omar Pérez, conocido como “El Bebe Guascazo”, sigue prófugo. La policía realizó allanamientos en la casa del sospechoso y están llevando adelante la búsqueda en los campos Albardón y San Martín.