Las conversaciones entre Mauricio Macri y Javier Milei para confluir en una coalición de gobierno que le permita al oficialismo superar las dificultades que se vieron con el fracaso de la ley ómnibus no serían gratuitas para los bloque de PRO y La Libertad Avanza (LLA) en el Congreso. En ambas cámaras, se especula que las dos bancadas sufrirían un drenaje de legisladores.
En Diputados, el macrismo calcula que de los 37 escaños que acredita podría quedarse con 30 o más pero estima que los miembros del bloque que guardan identificación con Horacio Rodríguez Larreta terminarían yéndose. «Yo no sé si Álvaro González o Silvia Lospennato se quedan, por ejemplo», soltó una fuente que siguió de cerca, incluso, el armado de las listas del ex jefe de Gobierno porteño en 2023 cuando pulseó por la candidatura presidencial contra Patricia Bullrich.
Un diputado con larga trayectoria en el PRO argumentaba que su partido no tiene la densidad institucional interna que todavía conserva la UCR, donde la fracción que pierde se puede quedar dentro de la estructura conservando cuotas de representación poder. El modelo de construcción macrista, más asociado a la lógica de gestión y administración, empujaría fuera del espacio incluso a Rodríguez Larreta.
Aun en ese contexto, el ex ministro de Educación durante el mandato de Macri y actual legislador, Alejandro Finocchiaro, mantuvo su convicción para que el macrismo converja con los libertarios. Cultor de un acuerdo con Milei desde la misma noche del balotaje, Finocchiaro alega incluso que «hay que construir un acuerdo no sólo entre el PRO y los libertarios sino con todos los bloques que estén de acuerdo con el cambio, sin dudarlo».
En otros despachos macristas consignan que es la propia base de sustentación la que pide que apoyen a Milei. «En última instancia no tenemos diferencias de fondo sino de formas con Milei y, si aprendiera a manejarse con otros modos, las leyes saldrían más fácil», dicen.
Ese tipo de críticas no solo llegan desde el PRO contra el jefe de Estado. El puntano Carlos D’Alessandro, miembro del oficialismo en la Cámara Baja, también cruzó al Presidente por darle la espalda al Congreso en la asamblea legislativa el día de su asunción.
Pero más allá de esos gestos de Milei, a la hora de adaptarse a una coalición de gobierno, los libertarios se dividen centralmente entre los que cuestionan el modo de conducción de Oscar Zago y Martín Menem, a quienes atribuyen una mezcla de impericia y desconocimiento, y los que temen que el reacomodamiento los termine subordinando en sus territorios a dirigentes del macrismo que enfrentaron en las elecciones del año pasado. Tales son los casos de Julieta Santillán con Guillermo Montenegro en Mar del Plata, Lisandro Almirón contra Gustavo Valdés en Corrientes y César Treffinger contra Nacho Torres en Chubut.
Este medio quiso averiguar si había prevista alguna reunión de bloque para discutir la asimilación de la alianza en proceso. «No hay nada previsto y los del interior no tienen en sus planes volver por estos días», respondieron en una oficina del oficialismo.
Asimismo, un legislador libertario le dijo a LPO que descuenta que Carolina Píparo y Lorena Mazsyzcyn no tolerarían un acuerdo con el PRO. «Nosotros deberíamos suponer que partimos con una base de 38 diputados y algunos se nos pueden caer, así que quizá nos queden 35», dice.
Por otro lado, tampoco los senadores tienen claridad sobre el destino que les podría deparar la fusión. «No pareciera que el camino esté definido y, cuando se definan los términos, las condiciones, el modo y el nombre que se le dé, veremos qué hacemos porque no hay una comunicación certera y clara con los legisladores», planteó una fuente de PRO.
Ese bloque tiene 6 bancas en el Senado y se sumarían a las 7 que cuenta LLA. Si hubiera desprendimientos, el impacto podría ser má ruidoso que en la Cámara Baja.