Además, los mismos voceros dijeron a Télam que ya se inició la apertura del teléfono de la policía fallecida para analizar mensajes y comunicaciones que puedan ayudar a avanzar en la investigación de lo ocurrido.
Para poder realizar la reautopsia, el día anterior, 4 de febrero, a las 10 de la mañana, se llevará a cabo la exhumación de cuerpo de Casco en el cementerio Parque Hurlingham, diligencia que será supervisada por efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA), al igual que el traslado de los restos hasta la morgue judicial de Lomas de Zamora, a pedido de la Justicia.
El 5 de febrero, en tanto, se realizará el segundo examen forense que estará a cargo del personal del Cuerpo médico Forense de Lomas de Zamora, tal como fue solicitado por la fiscal Paula Salevsky, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Morón, a cargo de la causa.
Con la nueva autopsia se buscará establecer si pudo haberse pasado por alto alguna lesión que la oficial haya sufrido durante el entrenamiento que llevaba adelante en la escuela Vucetich y que derivara en su muerte.
Otro punto a determinar es si la víctima tenía algún problema de salud de vieja data que no informó a sus superiores de la escuela donde estaba realizando el curso bajo la modalidad internado.
De la primera autopsia practicada al cuerpo de la policía surgió que la muerte fue producto de «paro cardíaco no traumático por un shock hipovolémico por un quiste en el ovario que provocó hemorragia», explicaron las fuentes.
No obstante, con el correr de la causa se sumaron algunos elementos que llevaron a sospechar que Casco pudo haber muerto como consecuencia de alguna maniobra durante su entrenamiento, o bien por alguna patología previa que no informó a sus superiores.
La muerte de Casco, quien se desempeñaba en el Comando de Patrullas de Lomas de Zamora, se produjo el 23 de noviembre, cuando se hallaba en la Unidad de Terapia Intensiva de la Clínica Provincial de Merlo, adonde había sido internada el 19 de ese mes debido a una dolencia abdominal por la que fue atendida inicialmente en la guardia del Hospital Bicentenario de Ituzaingó.
De acuerdo a lo reconstruido en la causa, Casco, quien realizaba el curso bajo la modalidad de internado y había sido mientras relevada de su tarea en la fuerza, salió de franco de la Escuela Vucetich la tarde del viernes 17.
Según declaró su madre, Claudia Pereyra, en el marco de la investigación, durante ese día su hija le comentó que en una práctica de esposamiento realizada en el curso la golpearon en la cintura y en el bajo vientre, por lo que estaba dolorida.
Siempre según los dichos de la mujer, el sábado su hija continuó con el malestar y el domingo comenzó a sentir un dolor general y a desvanecerse, motivo por el cual fue llevada a la guardia del Bicentenario de Ituzaingó.
Desde allí, y debido a su estado, fue derivada en ambulancia a la clínica de Merlo, donde la compensaron hemodinámicamente y le realizaron una laparoscopía de exploración, durante la cual advirtieron que presentaba un «hemoperitoneo» y «shock hipovolémico con lóbulo ovárico hemorrágico», y a raíz de la gravedad de ese cuadro murió, de acuerdo al informe de ese centro asistencial.
Si bien el informe médico y la posterior autopsia asentaron un origen «no traumático» de la lesión, la madre de la oficial quiere que se investigue si ese golpe que su hija le contó haber sufrido en la práctica de entrenamiento pudo haber desencadenado el cuadro que la llevó a la muerte el 23 de noviembre.
«Hubo demasiadas irregularidades y desprolijidad en la causa de mi hija, desde la escuela (de policía), la clínica y la fiscalía. Yo solo quiero saber la verdad para que mi hija pueda descansar en paz. Si hay culpables que paguen lo que tengan que pagar. Quiero llegar a verla en el cementerio y sentir que hicimos todo para saber qué pasó», manifestó la mamá de la oficial en diálogo con Télam.
El pedido para una segunda autopsia fue formulado a instancias de la familia por la fiscal Salevsky, quien por el momento mantiene el caso bajo la carátula de «averiguación de causales de muerte». También la hermana de la oficial, Jessica Casco, pidió «llegar a la verdad y que la justicia no tarde más porque todo es sufrimiento».
Tras la muerte de Casco, su familia realizó una marcha en Ituzaingó para reclamar justicia por su muerte. El abogado Rodrigo Tripolone, que representa a la madre de Casco como querellante en la causa, dijo a Télam que insistirán en la hipótesis de un «homicidio culposo» y que intentarán «desentrañar el encubrimiento por parte de las máximas autoridades de la fuerza».
Además, el letrado denunció que el caso ya pasó por distintas fiscalías porque «nadie quiere hacerse cargo del tema», en referencia a que en el inicio el expediente recayó en la fiscalía 5, a cargo de Marisa Monti, hasta que fue remitido a la fiscalía a Fiscalía de Violencia de Género de Morón que encabeza Salevsky.
«Esperamos que finalice la feria para reiterarle a la fiscal que cite a las compañeras de Agustina para avanzar en la investigación. Vemos muy positivo que se haya podido lograr una segunda autopsia y la apertura del teléfono celular, creemos que será muy esclarecedor para establecer con quienes mantuvo comunicación con posterioridad a los golpes que recibiera durante su instrucción y quiénes estaban al tanto de sus lesiones», finalizó el letrado.
En simultáneo a la causa judicial, desde la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense se inició una investigación para deslindar las responsabilidades de las autoridades de la escuela Vucetich.