Javier Milei resolvió echar este jueves al ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, a quien en el gobierno responsabilizan por una serie de filtraciones que se dieron luego de las reuniones de gabinete que se realizaron esta semana.
LPO anticipó que se hablaba de una renuncia inminente de Ferraro, luego de que el propio gobierno dejara trascender por los medios que un ministro iba a ser eyectado por el goteo de información sensible.
Ferraro no tendrá sucesor. Infraestructura pasará a convertirse en una secretaría y todo su gabinete quedará bajo la órbita del ministro de Economía, Luis Caputo, que ahora queda como superministro.
Pero la parte del león queda para el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, que absorberá todos los organismos descentralizados y las empresas estatales, que ya controlaba de hecho a través de la Secretaría de Empresas y Sociedades del Estado, donde ubicó a Mauricio González Botto.
Durante la campaña, Ferraro se encargó de la fiscalización de La Libertad Avanza (LLA) y es el primer ministro en ser desplazado del gabinete a 45 días del comienzo de la administración libertaria. Nunca logró hacer pie en su enorme cartera, que como reveló LPO en exclusiva, estuvo en los hechos intervenida por Posse.
«Le dieron un galpón lleno de trastos viejos y Posse se quedó con la crema», graficó a LPO un operador al tanto de las dificultades que tuvo desde el inicio de la gestión este histórico peronista, que tuvo que soportar que la mano derecha de Milei le nombrara a todos los directores de las empresas que estaban bajo su firma.
La primera crisis de gabinete de Milei se precipitó supuestamente por las filtraciones a la prensa, pero no parece casual que coincida con la zozobra de la ley ómnibus, en medio del escándalo del dictamen blue, que reveló LPO.
Como sea, las filtraciones de las últimas reuniones de gabinete fueron varias. LPO adelantó que la canciller Diana Mondino tuvo que dar explicaciones a Milei por el conflicto con China, principal socio comercial de Argentina junto con Brasil.
También LPO reveló que en esa misma reunión de gabinete Milei ordenó una ofensiva contra los gobernadores y decidió que la instrumente el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
En el gabinete se coordinó con Bausili dejar trascender que el Central iba a pisar el envío de los fondos de coparticipación a las provincias, que por ley se deben girar de manera automática.
Este jueves volvió a trascender la molestia de MIlei con los gobernadores que le ponen reparos a tramos sensibles de su ley ómnibus. «Los voy a dejar sin un peso, los voy a fundir a todos», dijo Milei ante sus ministros. La frase la reprodujo Clarín y enfureció a los jefes provinciales.
Durante la tarde en medio de la ola de rumores que golpeaba al gobierno, trascendió que el pedido de renuncia podría incluir al ministro del Interior, Guillermo Francos, que viene manteniendo discusiones con varios ministros, pero en particular con el jefe de Gabinete.
En tanto, el secretario de Medios, Eduardo Serenellini, también está atravesando un mal momento. Es sospechado de ser la fuente de filtraciones, en su caso más por torpeza que por decisión.
Serenellini que está enfrentado por el manejo de la pauta y la relación con los medios a Santiago Caputo, se suma así a la lista corta de funcionarios con pronóstico de caída más o menos rápida y de hecho esta semana tuvo que entregar a su segundo Alejandro Perandones, como reveló LPO.