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A 40 años de la llegada de Carlos Bilardo a la Selección: por qué Julio Grondona no lo quería contratar

La llegada de Carlos Bilardo a la Selección argentina, hace 40 años, terminó siendo una patriada de Julio Grondona a pesar de que al principio no lo quería contratar. ¿Por qué Grondona no lo quería a Bilardo? Por una cuestión de gustos y de paladar futbolístico: amante del histórico buen juego de Independiente, Carlos Bilardo representaba a lo que se denominaba “antifútbol”.

Era así desde los tiempos en los que Bilardo lideraba el Estudiantes de La Plata de finales de los 60, que fue tricampeón de América y también campeón del mundo, con novedosas tácticas para lo que era el fútbol argentino de entonces (entrenar y sacar ventaja de la pelota parada o sorprender a los rivales con la ley del offside), pero también con jugadores talentosos, como la Bruja Juan Ramón Verón.

Claro que en ese combo renovador que tenía a Bilardo como cerebro dentro del campo y a su maestro Osvaldo Zubeldía como DT, junto a Estudiantes había crecido la leyenda de ciertas malas artes, como investigar la vida privada de los mejores jugadores rivales y decirles “cosas” que los saquen mentalmente del partido; y la más famosa de todas las artimañas: usar alfileres y pinchar a los jugadores contrarios.

Grondona no estaba dispuesto a darle el puesto de entrenador a un “pinchaculos”, como él mismo lo calificaba. Pero estaba claro que el Menottismo había terminado para el presidente de la AFA, quien se sentó a negociar con César Luis Menotti la renovación de contrato con una oferta que sí podía rechazar el Flaco: bajarle el sueldo. Con el DT campeón del 78 fuera, don Julio tenía el camino despejado para elegir él a quien quisiera (cuando el dirigente asumió en la AFA en 1979, Menotti ya estaba y ya era campeón).

A Grondona, futbolista frustrado, le gustaba hablar de fútbol y le gustaba tener razón, aunque no haya llegado a ser profesional ni a ser entrenador, como su hermano Héctor, ídolo de Arsenal. Y a finales de 1982, la elección del nuevo entrenador de la Selección parecía reducirse a dos candidatos: Carlos Griguol, el entrenador revelación de aquellos años con Ferro, o Miguel Ángel López, el Zurdo, referente histórico de Independiente y el favorito de Grondona. Pero peleado con Pedro Iso, presidente del Rojo y amigo de Grondona, se había ido a trabajar a México.

A 40 años de la llegada de Carlos Bilardo a la Selección: la charla que convenció a Grondona

La pelea del Zurdo López con Independiente alejó al DT de la chance de la Selección y de volver a dirigir a Diego Armando Maradona, a quien había tenido como jugador en Argentinos Juniors. Y en el caso de Griguol primó la muñeca política, porque don Julio no quiso quitarle a Ferro y, en especial, a su presidente Santiago Leyden -un año antes había sido Secretario de Deportes del gobierno militar- al entrenador que había convertido al club de Caballito en el ejemplo a seguir.

A Julio Grondona le gustaba hablar de fútbol y que los técnicos lo escucharan. Por casualidad o no, Bilardo le garantizó eso y lo conquistó.
A Julio Grondona le gustaba hablar de fútbol y que los técnicos lo escucharan. Por casualidad o no, Bilardo le garantizó eso y lo conquistó.

Y ahí detrás aparecía Bilardo, que traía la chapa de haber sido el último campeón del torneo local (el Metropolitano 82). Y, además, una coincidencia lo había puesto en el radar de Grondona, quien dejó de despreciarlo luego de una charla en la que compartió panel con el Doctor. La exposición que hizo el todavía entrenador de Estudiantes entusiasmó tanto al presidente de la AFA, que empezó a cambiar de opinión. No dejaba de ser un “pinchaculos” pero los pinchazos ya no dolían tanto para Grondona.

Según contó Héctor Vega Onesime, en aquel momento director de la revista El Gráfico, en su libro “Memorias de un Periodista Deportivo”, Grondona quedó encantado con un par de conceptos de Bilardo y curiosamente ninguno refería directamente al juego ni a sus buenas artes.

El entrenador había dicho que un DT de la Selección debía apoyarse y hablar mucho con los dirigentes y que ser el director técnico de la Selección era el máximo honor: “Ya está, ya llegó a lo máximo, y debe morir trabajando, estudiando, viajando”, argumentó.

Carlos Bilardo y Julio Grondona en el casamiento de Diego Maradona y Claudia Villafañe. Foto: El Gráfico.
Carlos Bilardo y Julio Grondona en el casamiento de Diego Maradona y Claudia Villafañe. Foto: El Gráfico.

A Grondona, que nunca había logrado con Menotti un ida y vuelta futbolero dirigente-técnico (esencialmente porque el Flaco no le daba cabida), lo vio posible con Bilardo que, además, antes de firmar contrato, hizo una declaración de principios: “Es con las condiciones que usted ponga, Julio: esto no es por plata”.

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